Somos otro tipo de hotel boutique. Aquel pequeño e independiente, con personalidad y encanto, como sello de identidad. Aquel que por lujo entiende atención al cliente y respeto por la historia, sus vecinos y su comunidad. Aquel que mira por el comercio local, por el productor de aceite de oliva local o por el alfarero que mantiene latente la tradición artesana de las Baleares.

Único y singular

Nos gusta lo que hacemos y creemos en un servicio cercano y auténtico. Nuestros empleados no han sido formados con reglas estándar aprendidas de memoria. El trato con nuestros clientes nos ha demostrado siempre que no hay una fórmula exacta por huésped. Cada persona es diferente, con sus propios gustos y necesidades. Por ello, te prestamos tanta o tan poca ayuda como necesites, de modo que te sientas a gusto al tiempo que relajado.
La individualidad es importante, tanto aplicada a nuestros huéspedes como a nuestros empleados. Todos ellos, con sus personalidades y vivencias, hacen que el hotel sea el que es. De ahí que no llevemos uniforme, porque no queremos borrar la identidad de los miembros de nuestra plantilla.

Diseño y artesanía mallorquina

El responsable del diseño de interiores fue Hans-Jürgen Pahl. Diseñó nuestros muebles, que luego fueron producidos por artesanos locales. Aunque el hierro forjado de esta manera tiene una larga tradición en la isla, el resultado es decididamente moderno. Trabajamos con él en la elección de los lavabos y encimeras de marmolina, y el típico “trespol”, los suelos de todo el hotel – todos ellos materiales seleccionados para conservar el auténtico carácter mediterráneo.